
LA BATALLA DE DUNKERQUE
hace 3 días
Arrebatar la victoria de las fauces de la derrota
La Batalla de Francia comenzó cuando Alemania invadió los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Francia el 10 de mayo de 1940. Los alemanes habían cambiado la guerra con sus tácticas de guerra relámpago (Blitzkrieg) y operaban acorde al plan de Manstein: el Plan Amarillo. El plan era lo contrario al plan de Moltke durante la Gran Guerra. El plan anterior consistió en atraer a los Aliados a Alemania y rodearlos con un ataque a través de los Países Bajos. El plan de Manstein consistió en atacar los Países Bajos, atraer a las fuerzas aliadas allí y luego rodearlas con una pinza que iba desde las Ardenas hasta el Canal de la Mancha.
Funcionó a la perfección.
Mientras el Primer y Séptimo Ejércitos franceses y la Fuerza Expedicionaria Británica (BEF) se dirigían a los Países Bajos, los alemanes hicieron un gran avance hacia el Sedán en las Ardenas francesas. Así, el Primer Ejército francés, la BEF y el Ejército belga quedaron aislados y su única esperanza de escapar fue el puerto de la ciudad francesa de Dunkerque.

Soldados de la BEF disparan contra aviones alemanes que vuelan a baja altitud durante la evacuación de Dunkerque. Fuente: Wikipedia.
Durante la retirada aliada se libraron complejas batallas a lo largo del perímetro. Los alemanes rodearon seis divisiones francesas cerca de Lille. Aislados, los franceses lucharon con valentía durante cuatro días, ganándoles a los aliados en retirada un tiempo valioso.

A pesar de la valentía en combate que presentaron los franceses, estos se vieron perjudicados por la demora de las órdenes, los problemas de comunicación, la falta de suministros y la falta de apoyo antiaéreo.
El 24 de mayo los alemanes detuvieron su avance. Habían cumplido sus principales objetivos tras 14 días de guerra relámpago y ahora consolidaban sus avances y reorganizaban sus ejércitos para continuar la ofensiva. La fuerza aérea alemana recibió la tarea de destruir las fuerzas atrapadas en Dunkerque.

El Panzer I, el Ju 87 Stuka y el Panzer II estuvieron a la vanguardia de la invasión alemana de Francia.
Este respiro dio tiempo a las fuerzas aliadas para reorganizarse, fortificar sus defensas y evacuar a las tropas que tenían expuestas. También le permitió a la Marina Real poner en marcha el plan de rescate de las tropas aliadas en la Operación Dinamo. Los planes iniciales eran modestos: rescatar a 45.000 hombres en dos días. El primer día solo se pudieron rescatar a 7669 soldados aliados, pero este número fue creciendo todos los días. Rápidamente, la marina recibió la ayuda de las pequeñas embarcaciones de Dunkerque, 850 barcos de propiedad privada tripulados por oficiales y marineros de la Marina Real, y también por civiles. Las pequeñas embarcaciones eran capaces de alcanzar a las tropas en la playa directamente, sin depender por completo de las instalaciones portuarias.

El 2.º batallón del regimiento de Cheshire, la 5.ª Brigada y la 70.ª Brigada formaron parte de las tropas de la BEF en Francia y se encontraron entre los evacuados de Dunkerque.
El 26 de mayo los alemanes continuaron su ofensiva y la retaguardia aliada combatió implacablemente para mantener abiertas las playas de la evacuación. La Luftwaffe atacó la playa con intensos bombardeos. La RAF realizó más de 3500 salidas («sorties») en apoyo de la Operación Dinamo, sin permitir ni por un instante que la Luftwaffe operara sin oposición.
Tras nueve días, 338.226 soldados fueron rescatados: 224.320 británicos y 123.906 franceses y belgas. Las pérdidas también fueron abrumadoras. Se perdió casi todo el equipo pesado de la BEF, 6 destructores fueron hundidos, otros 220 buques, incluidas pequeñas embarcaciones, fueron hundidas y la RAF perdió 145 aviones.
El primer ministro británico, Winston Churchill, calificó la Batalla de Dunkerque en un principio como un colosal desastre militar. Sin embargo, este sentimiento cambiaría. El núcleo del ejército británico, sus soldados, se habían salvado para pelear otro día. Civiles y militares habían colaborado para llevar a los soldados de regreso a casa. La nación inglesa se animó a continuar la lucha. Esto unió a todos en el espíritu de Dunkerque. Los británicos arrebataron la victoria de las fauces de la derrota.
«Llegaremos hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, lucharemos en las playas, lucharemos en las pistas de aterrizaje, lucharemos en los campos y en las calles, lucharemos en las colinas, ¡nunca nos rendiremos!»
- Winston Churchill, 4 de junio de 1940 en la Cámara de los Comunes del Parlamento británico.

Tropas aliadas en Dunkerque esperan estoicamente en fila su transporte hacia la seguridad de Inglaterra.